sábado, 8 de agosto de 2009

De estreno por la Cepeda



Para ser fieles a la servilleta que Fusta y yo rellenamos de ilusiones al comenzar el año pusimos proa a los Picos de Europa, con la vista fija en el faro natural que es el Picu Urriellu.
Así pues, con algo de preparación extra y motivación de sobra partimos con calma hacía la próxima aventura vertical, esta vez llena de leyenda y mito.
Decidimos hacer la aproximación por Pándebano pues era el único camino que conociamos con seguridad, además de haber escuchado reiteradas veces que es el más agradable y menos cansador.
Aparcamos en la niebla, preparamos los bártulos y, cargados de optimismo, comenzamos la larga aproximación. Trás dos horas y media, zetas y gotitas de agua cubriendonos por completo aparecio el refugio de la Vega de Urriellu, que parecia levitar entre las nubes. Por fin estabamos en el escenario de nuestro sueño montañero y aun no habiamos podido divisar al protagonista.
La mañana siguiente estaba de resaca y la neblina del jolgorio atmosférico del día anterior aparecia pegoteada en las paredes del Naranjo, asi que nos decidimos por escalar la vía Cepeda, en la cara este del Picu, ya que aun siendo más dificil tambien es más sencilla de abandonar que la Norte. La jugada nos salió a la perfección.
Esta maravillosa vía, obra de Udaondo y compañía, resuelve con elegancia el vertical escollo que supone esta vertiente del monolito calizo, evitando las máximas dificultades, asi pues en toda la escalada solo encontraremos un paso cotado de V+, que actualmente esta siendo estirado a 6a por algunos escaladores. Este famoso protector del este es conocido como "el rompetobillos".
Partimos fugaces del refugio por la Canal de la Celada hasta toparnos de pleno con el fabuloso escollo que supone esta vertiente del Picu.
Sin perder mas tiempo, pues varias cordadas nos persiguen me armo de cacharros y bajo la luz difusa del cielo emcapotado empiezo a escalar.
Los primeros metros ganan altura progresando por una bonita y sencilla fisura que jalona la gran placa a la izquierda de la laja con forma de "Y". Su dificultad no supera el III grado ya que cuenta con numeroso asideros y grandes posibilidades de protección, aun así no conviene confiarse, pues es terceros son verticales y la emblemática montaña no regalada nada. Esta tirada finaliza al cegarse la anterior fisura, en ese momento tendremos que hacer un flanqueo a derechas para encontrar dos clavos en un nicho bastante amplio.
La verdad es que posar las manos en la maravillosa caliza del Naranjo es una experiencia alpina de gran intensidad, la franqueza de la roca, su tacto y los movimientos que te obliga a ejecutar transforman la escalada en una bella coreografía con la montaña, es como bailar con la agresividad de la Naturaleza.



Fusta se encarga del siguiente largo. Este es mas complicado que el anterior (IV) y sigue una placa con cantos y eficientes adherencia siguiendo los lapiaces labrados por la constancia de las gotas. La dificultad de este largo estriba, como suele ser en las lisas llambrías, en descubrir la ruta y controlar los nervios cuando la seguridad escasea y el vacio te arropa. En cualquier caso, el comienzo de la chimenea que forman la gran laja con la imponente cara este marca la meta de este relevo de la Cepeda.
No se que juegos del azar me obligan a escalar todas las chimeneas que hemos encontrado a lo largo del año, empezamos en Galayos y terminamos en el Picu, sin embargo, estoy demasiado feliz para recordar los angustiosos y lisos esfuerzos necesarios para avanzar en oposición por los costados del granito y parto decidido al lio. Esta tirada es sencilla, buenos agarres y poca exposición, por el encajonamiento, hacen de este tramo una entretenida escalada.



Despues de los metros de rigor, al llegar a la reunión, justo en la cima del caprichoso gendarme, los Picos de Europa me obsequian con sus mejores galas, el cielo y el mar han decido sentarse en la tribuna más lejana para contemplar el espectaculo geológico de la cordillera en toda su grandeza. El Sol ha conseguido establecerse donde se merece e ilumina un conjunto de colores y formas que llevare conmigo para siempre. Que ricos somos los pobres, solo es necesario saber donde buscar.




Cuendo llega Fusta aprovechamos tomar una fotografias y sobre todo para exprimir el mundo que nos rodea, no es para menos, estamos en un trono privilegiado, exultantes de alegría y con ganas de transformar esta escalada en uno de los momentos mas memorables de nuestras vida.



Entre tanta parafernalia mi compañero continua con el, a simple vista tedioso, ritual y se dispone a atacar el siguiente largo. Este es un poco mas complicado (V), la primera sección supera una plaquita para encarar por la izquierda un pequeño diedro. Estos son los primero metros de nuestro Picu en que el vacio y las chovas son las compañeras de andanzas, por todos lados te asedia la sensación de ingravidez y surrealismo, propia de estar avanzando por la vertical y no por la horizontal, un capricho...Con temple y maestría Fusta supera exitosamente cada dificultad planteada por el bravio monolito y me lo hace saber con el familiar grito de reunión.



Siguiente largo para mi, armado de cacharros dirijo mis movimientos a alcanzar un nicho donde protejo a discreción, desde alli es necesario navegar por una placa sencilla (IV/IV+), siempre buscando los mejores asideros y apoyos pues la exposición de este largo juega un papel psicológico que puede chafar la ilusión de la escalada.





Sin embargo, un poco de sesera soluciona cualquier paso. Termino en una gran repisa que debere continuar hacia la izquierda y montar relevo en un tinglado de rapel equipado último modelo. Se trata del escape de la cara este, que sigue el recorrido de otro futuro proyecto vertical, Espejismos de Verano.
En este punto, despues de charlar un poco de la impresionante situación en la que estamos, optamos por empalmar dos largos sencillos y cortos antes de las últimas dificultades de la vía. Fusta el encargado de lidiar con esta pequeña licencia alpina.



Es común que cuando intentamos innovar nos metamos en lios, esta vez no será diferente, mi arrojado compañero, en su impetu montañero, se pasa la repisa donde estan los clavos instalados, asi que asciende por un diedro, parte de la siguiente tirada. Mientras Fusta busca la esquiva reunión, observo por el rabillo del ojo un espídico manchon negro que da veloces tumbos por la repisa, al principio me mosqueo pero de repente, debajo de una piedra, aparece un simpático compañero, un ratoncito montañero, no se como ha llegado alli, pero mueve el hocico y me mira como si estuviera invadiendo su jardín. A todo esto, los gritos de mi compañero me sacan de las ensoñaciones tipo Saint Exupery, se ha decidido por montar una reunión alternativa en una buena fisura que corta perpendicularmente un gran diedro, principal protagonista del largo que me iba a tocar escalar, una pena.
Aún asi, los pocos metros que me quedan son una maravilla, aparecen por primera vez para mi los famosos tubos de organo, uno de los rasgos que han hecho ilustre la escalada en los Picos de Europa, un capricho geológico que el agua ha labrado pacientemente para el placer de los escaladores.



Bueno, despues de unas cuantas horas de actividad, aunque han parecido segundos, nos plantamos bajo el "Rompetobillos". No se ve tan amanezador, sobre todo por culpa del spit que protege el paso. Es Fusta el encargado de la faena de esta tarde, no se amedrenta en absoluto y comienza la bella coreografía que descifrará la combinación para alcanzar el tesoro, es decir, la ansiada cumbre. Despues de arramplar con el ultimo escoyo toca atravesar la ventana que aparece a nuestra izquierda y que conecta la cara este con la sur. Una forma poco elegante de terminar este precioso y natural trazado en la caliza norteña.



Ya solo queda una sencilla trepada hasta la cumbre.
Siguiendo una visible canal, y teniendo cuidado de no tirar piedras a las cordadas que vienen detrás, me adelanto a Fusta y llegando a la cima tomo la estatua de la virgen y la alzo como si fuera el trofeo por haber realizado la ascensión. Al poco rato llega mi compañero, el cansancio deja paso a la felicidad de estar en tan privilegiado emplazamiento.



Desde aqui los Picos de Europa nos muestran su personalidad más agreste, estas montañas no acarician el cielo, lo muerden con violencia. Estar aqui es como estar en las celdas de los observadores de tiburones, solo que sin barrotes, afiladas agujas, esbeltas torres, profundos abismos, senderos nerviosos, la perspectiva del mundo desde aqui es sobrecogedora. Las nubes danzan a nuestro alrededor, el mar sigue alli, incólume, intentando ganarle la partida al cielo, nosotros podremos ver tan intenso enfretamiento desde el palco presidencial. Es realmente hermoso lo que contemplan nuestros sentidos.
En la cumbre nos hemos encontrados con otros dos escaladores madrileños que también están de estreno en el Urriellu, los cuatros formamos una de las fiestas más felices a la que haya asistido jamás, los cascos podrían transmutarse perfectamente en capirotes de cumpleaños pues reimos como niños y la guasa inunda las alturas del Picu.
Trás una hora y media en la cumbre, mas o menos, que se nos hicieron cortísimas decidimos volver a la seguridad de la horizontalidad, asi que tiramos para abajo. Será necesario regresar por donde vinimos y montar tres rápeles, si tienes cuerda de 60 metros, para alcazar la base de la cara sur, desde aqui tomar el camino de la Canal de la Celada hasta el refugio.



Ya allí, por fin, la jornada ha sido larga pero ha merecido la pena, hemos cumplido con nuestro contrato pero sobre todo hemos cumplido con una vieja y linda ilusión, la de medir nuestras capacidades con uno de las pedrolos más bellos que la naturaleza ha puesta en la Tierra, quien si para vigilarnos o para enamorarnos.
Mucho monte!!!