domingo, 21 de marzo de 2010

CIRCO DE GREDOS-12 Y 13 DE MARZO 2010



El circo de Gredos tiene sin duda algo especial. Ese pequeño rincón alpino en el Sistema Central posee una magia especial que le guarda un pequeño rincón en el corazón de cada montañero que lo haya pisado, dominguero o himalayista, pisachapas o octavogradista. Hacia el decidimos encaminar Pablo y yo este fin de semana nuestros pasos, con el objetivo de ascender la galana en condiciones invernales.
El tiempo parecia favorable al proyecto: muy frio, pero soleado, sin viento, y lo más importante: tras el elevado riesgo de aludes por las nevadas y el viento de la semana anterior, debidos a la mediática "ciclogénesis explosiva", el frío y las purgas habían estabilizado en gran medida el manto nivoso. Las condiciones del hielo, excelentes, no eran desgraciadamente extrapolables a las de la nieve, de calidad costra, lo cual nos hizo sufrir buena parte del dia.



La salida de la Plataforma, y el ascenso de los Barrerones, en medio del frío y de la niebla, siguiendo una incierta huella, estuvieron cargados de incertidumbre, que se disipó al ver aparecer el Elola y el Almanzor entre retazos de nubes. Al poco de llegar, bien cargados, nos informamos de las condiciones de la nieve en el refugio, sumergido en un manto blanco de varios metros, y nos entregamos a la ingrata tarea de montar la tienda.La atmósfera en ella era heladora, aunque no perdimos el buen humor, y tras una frugal cena logramos conciliar el sueño hasta las 07.30 del sábado, sorprendiéndonos un despejado amanecer.





Las temperaturas ascendieron rápidamente, obligándonos a quedarnos en camiseta mientras atacábamos las primeras rampas hacia el soberbio monolito del Ameal de Pablo. Llegados a este punto, decidimos cambiar de planes y evitar la concurrida y fácil Canal de los Geógrafos por otra mucho más atractiva: el corredor que lleva al collado entre el Ameal y su hermano el Risco Moreno, perfectamente visible en las foto siguiente.





La ascensión, sin embargo, fue bastante penosa y puso a prueba nuestra resistencia mental y física, a causa del estado de la nieve que obligaba en la mayor parte de los tramos a abrir huella en una nieve costra profunda consumiendo nuestras energías. A pesar de ello, logramos alcanzar el collado que buscábamos, y pudimos en seguida ver la Galana y sus diferentes vías de ascenso: el corredor que llevaba directamente a La Muesca siguiendo una falla estructural en la mole del macizo, que desechamos al estimar que sería realmente penoso de ascender habida cuenta del estado del manto nivoso, y la larga y sencilla ruta por el venteadero, que llevaba hasta la antecima.



Una vez allí sin embargo, se confirmaron nuestras peores expectativas: la gran cantidad de nieve, el intenso viento y las bajas temperaturas habían construido alrededor de la antecima un gran hongo de frágil hielo adherido a los bloques graníticos, de varios metros de altura, que hacia su escalada prácticamente imposible de proteger. Como ya nos habían advertido en el refugio, nadie hasta ahora había logrado conquistar a la nívea y salvaje doncella este invierno, y ninguna huella mancillaba su blanco manto.



Para no irnos con las manos vacías, decidimos ascender al cercano risco del Gutre, poblado de gigantescas cornisas que le daban un aspecto realmente alpino, logrando hacer cumbre sin mayor dificultad y gozando de una espectacular panorámica de todo Gredos, así como de las profundas gargantas de su vertiente sur.



El regreso, sin ningún incidente y gozando aún de un espléndido tiempo, nos permitió llegar al sobresaturado refugio, donde la mayor parte de la gente se preparaba para ascender el popular Almanzor, donde desmontamos nuestro pequeño y portátil hogar y recuperamos energías. Una enérgica marcha a través de los barrerones, que nos sorprendió a nosotros mismos por la velocidad a la que la realizamos, nos regaló una última perspectiva del bello circo de Gredos, concluyendo una hermosa actividad, en la que si bien no se alcanzó la cima deseada, el disfrute fue máximo y sólo lamentamos no haber tenido más compañía.



jueves, 11 de marzo de 2010

Espolón Soplapollas...

La luz del Sol baña las creativas formas pedriceras en esta mañana de febrero. Calienta la roca, algo que en otras ocasiones no nos preocuparía tanto, pero nuestro objetivo del día, el Espolón Soplapollas, requiere de una temperatura óptima para la adherencia, pues la escasez de seguros que osteta esta vía no permite muchas caídas.
Tras dos horas de caminata, con las pérdidas obligatorias, llegamos al risco de las Oseras. Un conjunto de espolones individualizados por juegos de fisuras. Con un granito muy vertical, de grano grueso y caprichoso. La única pega es la altura del peñasco, al que le faltarían unos largos más para ser uno de los mejores riscos de La Pedriza.
Rápidamente, el Fusta y yo nos ponemos manos a la obra. Comienzo el primer largo, bastante largo y protegido por un puñado de bolts, eso sí, de buena calidad. Este largo es una maravilla de tensión y técnica de la adherencia. Su dificultad es de 6a+, bien aderezado de factor psicológico. Según surcas la llambría van saliendo pequeños relieves por los que progresar, aunque la concentración y la calma serán herramientas imprescindibles para lograr escalar este intenso largo.




El segundo largo se gana Fusta. 6a disfrutón, técnico y expuesto. Por el que subir gozando del Espolón Soplapollas sobre sus balmas y microaccidentes topográficos, que con atino permiten ascender hasta la tercera reunión.


Desde este punto muchas cordadas acaban la escalada, como atestigua la colocación de maillones rapelables en la reunión, sin embargo, queda un último largo de V.
Esta tirada comienza con un pequeño resalta de dificultad antes de perder verticalidad, hasta alcanzar un árbol donde montar reunión.


Para bajar será necesario destrepar por una canal que discurre a la derecha, según descendemos, de un 6b, en un punto concreto aparece un resistente puente de roca, recién equipado, por el que, utilizando cuerdas de 70 metros, rapelamos directamente hasta el suelo.
Tras esta mítica vía pedricera, Fusta y yo estamos muy contentos, por haber escalado la famosa ruta y por haber descubierto un rincón de gran belleza que era desconocido para ambos. Comentamos los pormenores de la escalada mientras organizamos las mochilas y decidimos bajar a Cantocochino por un camino que lleva directamente al Tolmo, un maravilloso sendero para recorrer al atardecer, con el arroyo cantando a nuestro costado y las cascadas congeladas brillando a nuestro paso. De esta guisa llegamos sonriendo al coche, el final y principio de futuras aventuras.


Mucho Monte!!!

martes, 2 de marzo de 2010

Rescate de Iñaki Ochoa de Olza.


Acercándonos a los dos años de la pérdida de esta gran persona y enorme alpinista, Informe Robinson realiza un capítulo en el que narra detalladamente lo que ocurrió en las laderas del Annapurna aquel trágico mayo de 2008, durante el intento de rescate del alpinista pamplonica por parte de un gran equipo que contaba con escaladores como Dennis urubko y Ueli Steck.
Donde se vió que la solidaridad en las montañas es un hecho que envuelve estos mágicos y, a la vez, trágicos, pedazos de planeta.
Y que los abandonos y la competencia por la cumbre, que suelen ser la noticia para los profanos, solo se viven en los ochomiles asediados por clientes, que no viven el sentimiento de la montaña, y no por verdaderos alpinistas, como Iñaki.
Descansa en paz en el lugar que le hizo vivir: el Himalaya.