Tras una llegada algo retrasada, comprobamos que no habia mucha nieve y que las temperaturas eran bastante altas. Nos acostamos en seguida, tras una copiosa cena (lo de copiosa va por algunos "cocinillas" que nos dejaron a todos boquiabiertos y con la baba colgando), regada con pacharán.
El sabado amanecio magnífico, tal vez incluso demasiado caluroso. El pico elegido, La Mira, aparecía como un buen objetivo: lejos, sin demasiado desnivel, y con unas vistas magníficas. La ruta, que recorre todo el cordal entre el puerto de Candeleda y el Galayar, fue muy disfrutona, y quitando el molesto viento cimero, las sensaciones y la vista fueron inmejorables, mientras que la nieve se mantuvo en buen estado casi todo el día.
Por la noche, tras otra buena cena, pasamos al "after" del que dispone el refugio, o sea el comedor, donde disfrutamos con el guarda y amigos suyos de una velada muy curiosa y divertida, regada de nuevo con abundante pacharán!
El domingo amaneció sin embargo nublado, frío y ventoso: el objetivo era disfrutar de las vistas desde el Morezón, pero las malas condiciones nos hicieron desistir a media subida, aunque luego, como suele pasar cuando ya se ha bajado, abrió el dia lo suficiente para hacer cumbre. En vez de eso, aprovechamos para disfrutar del sol a la entrada del refugio, donde nos dimos un buen homenaje, antes de hacer los macutos y regresar a la civilización, que nos premió con un buen atasco.
¡En resumen, un finde cojonudo, donde los logros alpinísticos fueron lo menos importante, y en el que creo que todos lo pasamos de muerte, y que habrá que repetir en cuanto podamos!
Dejo a continuacion una selección de fotejos para que os hagais una idea de lo que nos divertimos.