miércoles, 30 de septiembre de 2009

Variante Regil...con importantes contratiempos

Son las 9 de la mañana y, por fin, despúes de varios escarfeos con largos dudosos, hemos encontrado el auténtico comienza de esta vía al Urriellu. La Regil, serpentea por el hombro hasta enlazar con la Pidal-Cainejo, surcando casi 700 metros de trazado por la cara NO del mítico monolito calizo, sin superar, en teoría, el quinto grado. Sin duda es una ruta que otorga notoriedad a la vía normal de la cara norte, con la que se inicio el alpinismo de dificultad en nuestro país, así que medirse en sus canales, llambrias y chimeneas era una experiencia alpina que, ni Fusta, ni yo, podiamos dejar de vivir.
Gracias a una cordada que venía por la pedrera ubicamos el comienzo de la vía, justo encima de las repisas herbosas, al amparo de una pequeña oquedad.
Esta primera tirada asciende por una vira descompuesta formada por angulosas piedras colocadas una sobre otra. La configuración de las mismas permite numerosos puntos de seguro pero la fiabilidad de la roca es más discutible.



Es mi turno de lidiar con el Naranjo, el segundo largo sube por un espolón sencillo en línea recta.
Desde que empezamos la escalada nos empecinamos en buscar una travesía descendente que da acceso a la canal que divide en dos el hombro, pues según nuestro croquis (nada fiable, por cierto) ya tendríamos que empezar a desplazarnos hacía la izquierda.
Llego a una reunión equipada con clavos, como todas las del recorrido, y Fusta sube a mi encuentro. En este punto la cordada predecesora nos pisa los talones y entre todos logramos vislumbrar el camino entre tantas supuestas posibilidades.
Tercer largo, mi compañero hace varios intentos de acceder a la canal que, tentadora, aparece a nuestra izquierda, pero todos sus intentos son infrutuosos y decide volver a la reunión para probar suerte saliendo hacía arriba.
Gran error.
La escalada se torna complicada y de difícil protección, sin embargo, un clavo colocado estrategicamente permite a Fusta descolgarse hasta mi posición. Trás un pequeño receso, vuelve a la carga, justo en el momento en que aparece un escalador de la otra cordada. Mi compañero esta fuera de nuestro campo de visión y solo escuchamos sus negativas a la pregunta de si ha descubierto la dichosa travesía. De repente nos comunica que ve una reunión en lo alto a la que se accede por una chimenea-canal, el escalador que comparte reunión conmigo me dice que vayamos por ahi, que es la vía Carletto Re, de la misma dificultad y con igual objetivo que la Regil, así que, trás una voces al vacio, mi ávido compañero se lanza a su resguardo. Pasan interminables minutos hasta que escucho el familiar y reconfortante llamado de reunión.



Que sorpresa!!el largo que me toca recuperar es difícil y fatigoso, encajonado en una fisura ancha, chimena, algo desplomado...le grito al Fusta que como ha subido por ahí, que obviamente no es el largo que nos tocaba. Ya verás que marrón!!!
La reunión esta en un nicho y tiene dos clavos nuevos unidos por cordinos nuevos y un maillón, presumiblement alguien se ha visto en una situación similar a la nuestra. Vista la predicción del siguiente largo, en el que caso de que siguieramos por esta variente, decidimos rapelar a la canal que ahora tenemos bajo nuestros pies.
Preparamos la maniobra y baja mi compañero. Nada más descargar su peso observo que la ecualización está mal calculada y toda la fuerza es recibida por un solo clavo que se retuerce con los leves tirones del Fusta.
- Baja despacito...- le grito.
- Mira, debe ser por ahí.- Me grita Fusta.
- Tu baja, que lo discutimos en la reunión...
Después de unos segundos, que se tornaron horas, llego hasta mi compañero y le cuento el percal mientras me preparo para la siguiente tirada. En principio, sin difcultad y muy evidente de seguir, pues ante nosotros se eleva una canal bastante vertical pero bien dotada de agujeros y cantos por los que progresar.
Subo confiado y agil, pero la canal va ganando verticalidad y perdiendo facilidad, depués de muchos metros ganados intuyo sobre mi cabeza un techo que parece estar roto en su parte superior por lo que deduzco que existiran asideros contundentes para vencer el aereo paso. Los vestigios roñosos van surgiendo metro trás metros, me aseguro a un último y cochambroso clavo antes de acometer el paso complicado. En una fisurilla alcanzo a colocar un Alien amarillo. Subo las manos por encima del techo y descubro que mis esperanzas eran vacias, la roca es lisa, aferro como puedo un pequeña regleta y tiro de ella con todas las fuerzas que me quedan, cuando empiezo a remontar el escoyo, los pies pierden adherencia y vuelo por los aires.
Trás el estupor de capitular ante la gravedad preparo la maniobra para descender hasta una salida que vi a mi izquierda mientras escalaba y que, aparentemente, conduce al espolón del hombro, una sección de la escalada de III grado. Por fin, en terreno sencillo monto reunión y me junto a mi compañero. Han pasado muchos minutos desde que sali de la reunión, parece que llevamos escalando la vida entera.
Ensamblamos hasta la grandísima repisa del hombro, donde aprovechamos para relajarnos, comer y beber algo antes de acomenter los últimos largos, pertenecientes a la Pidal-Cainejo.
Son cerca de las 4 de la tarde, llevamos cerca de 7 horas de actividad y queremos terminar cuanto antes, dejar de lado la incertidumbre que se vive en la reunión mientras el compañero otea el sendero vertical.
Fusta se lanza a un largo sencillo y panorámico, que busca el comienzo de la gran chimenea de la norte.



El próximo largo es para mi, una hazaña histórica, pues avanza a través de una placa con clavos y pocas posibilidades de autoprotección. Es alucinante la maña y el coraje que echaron los primeros ascensionistas. Queda un largo precioso, bien protegido y muy alpino.



Por fin la chimenea de salida. Este largo tiene el paso más complicado de la Pidal-Cainejo, la famosa Panza de Burra (V). Sigo a la cabeza, mi compañero esta un poco saturado y no tiene muchas ganas de arrastrarse, además el experto come-chimeneas soy yo. Empieza la sección escalando en oposición y asi continuo hasta superar el escoyo, la verdad es que no me di ni cuenta, sería la ilusión de perdernos más y de alcanzar la cumbre dentro de poco. Es un largo bonito, aunque menos impresionante que la placa anterior.



Último largo antes de las canales de salida, Fusta a la carga. El comienzo es sencillo y tumbuda, sin embargo, el final de la tirada es vertical y tiene que superar un pequeño saliente de roca. Mi compañero lo pelea con exito y maestría, aunque las horas de escalada pesan y se deja escuchar algún resoplido de estraperlo.





Mientras Fusta escala veo aparecer en el hombro a la cordada que venía a nuestra zaga, han salido con casi dos horas de retraso, les grito que como están y me contestan que han llamado al helicoptero, pues uno de los integrantes parece haber sufrido una pájara y esta mareado y vomitando. Cuando mi aguerrido compañero monta la reunión llega el estruendoso aparato. Os aseguro, que escalar con la sensación de que gente con la que has vivido algunos momentos en pared esta siendo rescatada no es nada estimulate, no obstante me alegro mucho de que todo haya salido bien.



Cuando llego al relevo el asunto parece perder peso, la inclinación de lo que nos queda anuncia el final de las dificultades. Decido subir encordado pero deprisa, es decir, poniendo pocos seguros, a no ser que la cosa se ponga fea, a estas alturas no estamos para confiarnos, sin embargo, estiro los 60 m de cuerda y monto una reunión para que venga Fusticiero.
En este punto solo queda trepar hasta la arista, asi que nos desencordamos y empezamos a subir por lo que parece más evidente, de pronto y para nuestros mellados ánimos aparecen dos posibilidades, una canal a la izquierda o seguir recto por una chimenea poco alagüeña, gracias a nuestro horrible croquis, nos decantamos por salir a izquierdas. Trás 50 metros de trepada estamos ante un callejón sin salida, nos paramos a repasar el plan minuciosamente y escogemos destrepar y escapar, a estar alturas estamos huyendo del Picu, por la posibilidad que desechamos anteriormente.



Esta vez si!!!hemos dado en el clavo y salimos a la arista con unos minutos de diferencia, los últimos metros hasta la cumbre son algo diferentes a los acometidos durante nuestra ascensión a la Cepeda, estamos rendidos y euforicos a la vez.
Una fotillo, una sonrisa, disfrutamos frugalmente del atardecer y sus vistas, pues son las 7 de la tarde, y preparamos el descenso.





Muy de nuestro agrado nos encontramos con dos cordadas asturianas que nos proponen unir cuerdas para acelerar los rápeles de la sur, aceptamos sin dudar. Es reconfortante y precioso comprobar como después de una aventura como la nuestra hay gente desconocida que te anima y felicita, evaporando los nervios y solidificando los verdaderamente válido del juego.



No cabe duda de que la Regil es una aventura no apta para todos los públicos, su dificultad no estriba en la técnica sino en la intuición, nosotros fuimos capaces de desplegar nuestros institos y aptitudes para realizar con éxito la ascensión, pero no me atrevería a recomendar esta vía a cualquiera, a no ser que este dispuesto a vivir una gran aventura que exige motivación, energía y paciencia.



Mucho Monte!!!!

4 comentarios:

  1. Lo primero enhorabuena por la escalada, que sin duda, os merecéis.

    Vaya aventura...madre mía, por momentos me he imaginado allí mirando, buscando y con esa sensación de "..en menudo marrón estamos..", cosas que piensa uno en esos momentos...¿verdad?

    Ayer precisamente le estuve echando un ojo a lo que en la revi Desnivel publicaron en uno de sus último números, esta vía, con el detalle en las letras diciendo algo así como "...700 metros sin superar el Vº grado...". Claro, Vº grado sin embarques, emabarques que a no ser como dices, tienes todas las papeletas de encontrarte en una muralla como es el Naranjo. Seguro que si habéis leído el artículo al que me refiero, os habréis acordado de esas letras...

    Afortunadamente resolvísteis bien.

    Muy buen repor.

    1 salu2.

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  2. Gracias Diego!!
    Ese reportaje fue un poco el causante de q decidieramos meternos en la via.
    En realidad si la conoces es sencilla, los croquis q encontramos eran muy induficientes, sobre todo en la escalada hasta el hombro.
    Esa maravillosa travesia descendente q nunca conoceremos...
    Más que pensar en el marrón, lo que quieres es es terminar de una vez...
    No lo pongo en el repor pero lo q me mejor me hizo sentir al terminar fue q supimos reaccionar.
    Gracias por leernos!!!

    Un saludo!

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  3. Grande Jote!!

    La lección más bonita de pasar horas y horas al límite del agotamiento, preocupación, angustia y miedo, es la felicidad al llegar a la cumbre, cuando te das cuenta por qué pasaste siete horas colgando de una pared, cagado de susto, sufriendo de dolor en manos y pies, con un hambre, frío y sed de la conchasumare. Las penurias y dificultades, nos hacen darnos cuenta de lo lindo que es estar vivos, cada respiración que nos llena de aire los pulmones, las ganas de estar con las personas queridas, y la vista y paz maravillosa de una cumbre.

    Un abrazo desde Chile

    OsKaR

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  4. Gracias por tus lindas palabras Oskar!!
    A ver cuando te vienes a la vieja Europa y te muestro lo q tenemos por aqui, q no solo de Andes vive el montañero!!
    Y compartir un poco de la belleza de estar vivos!!!

    Un abrazo hermano!!

    Jote!!!

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