viernes, 15 de mayo de 2009

Despedida con Pan con Membrillo



3 - Pan con Membrillo (6a)

Ni cortos ni perezosos empezamos, no sin cierta tristeza, a desmontar nuestro chalet con vistas, el pequeño remanso de paz y descanso que nos acogió estos días de hermosa actividad en el Torozo.
Antes de marchar a la rutinaria ciudad queriamos hacer otra buena ascensión, y nos decidimos, en un primer momento, por la Vía del Friend del Nº1, pues esta cuenta con un largo de sexto grado, el q le había prometido liderar a mi compañero, sin embargo, una vez a los pies de la ruta, unos escaladores muy agradables nos la desaconsejaron, por tratarse de un recorrido sinuosa y algo arrastrada. Como quien veta, propone, nos comentan que la Pan con Membrillo sale muy bonita y que también tiene un 6a por ahí colgado. Según los croquis de la última guía de Tino, esta es la vía más asequible del Torozo, esto es debido a que se suele combinar con la Vía del Friend Nº1 y así no arremeter contra el diedro fisurado de 6a abrierto originalmente. Nosotros decidimos hacerla como es debido, por su sexto grado.
Empiezo el primer largo. Un III muy, muy largo, que sube facilmente por unas fisuras y canalizos muy tumbados hasta llegar a un bloque empotrado donde montar la reunión, equipada por un cáncamo y un hierro vetusto...Durante la escalada de este largo, a mi izquierda se ven unas chapas surcando una gran placa, sin duda, mucho más entretenida y, probablemente, algo más difícil.
Fuesta llega hasta el relevo, se arma de friends y comienza la juerga, empieza encarando la placa que tenemos justo en frente, pues esta lleva directamente a una fisura muy marcada que conduce al largo clave, muy visible desde el comienzo de la ruta. Una placa torocera de garbanzos, protegida con tres parabolt lleva a una zona de autoprotección, nunca sin superar el V grado. Fusta tira y tira de la cuerda hasta que esta apunto de agotarse, pero a la derecha del canalizo por donde progresa atisba la instalación.



Ahora me toca remontar hasta mi compañero, y al desequipar el largo me doy cuenta de que estamos subiendo por la vía de El Viejo...como se trata de una escalda agradable y no muy dificultosa preferimos seguir por donde nos guie la roca y nuestras posibilidades, además así obviamos otro largo de tercer grado sin mucho interés.



Llego a la reunión, parece que estamos más a la derecha de la original, más o menos en el mitad de la fisura oblicua a la que hay que acceder siguiendo unas chapas blancas que recorren una vertical placa, que parece haber sido tallada, ahi queda nuestra duda.
Decido seguir por esta sección, me encuentro disfrutando de la verticalidad del Torozo, con buenos planos para manos y pies y seguros a prueba de bomba, sin duda, esto es lo que hace la montaña algo tan especial, esta sensación que compartimos los que hemos optado por esta forma de vivir la naturaleza más agreste. Al finalizar la placa empalmo unos pocos metros hasta el nicho que sirve de reunión para la tirada clave de la ruta. Esta no esta equipada, pero ofrece buenas posibilidades para la quincalla, con dos friends y un fisurero doy la señal para que Fusta comience a subir.
Se ve perfectamente el escaqueo, sigue hacia la derecha por unas fisuras canalizo sencillas hasta una chimenea, no parece demasiado exótico, sin embargo, enfrente se alza un bello diedro con fisura, parece bastante limpio y listo para jugar con nosotros.
Fusta llega, se arma de amigos y comienza a subir, primero con algunos pasos en X, buscando los reposos y los asideros, poco a poco va ganando metros al torozo, supera un pequeño techito y desaparece de mi vista. Le oigo resoplar y escalar como un valiente, alcanza una reunión de dos clavos, que los escaladores que conocimos nos aconsejaron omitir, trás unos minutos y algunos ánimos, Fusta me hace llegar el tranquilizador grito: Reunión!!!.



Este largo surca un diedro que debe ser V/V+, de fácil protección, trás superar el pequeño techo empieza lo más complicado, el 6a, la fisura pierde verticalidad pero se estrecha y empieza a desviarse hacia la derecha, lo que obliga a llevar los pies en adherencia, además la presencia de vegetación, que tapona la fisura, obliga a estirarte para alcanzar buenos agarres.
Llego con mi compañero, le felicito por la maestría que ha demostrado, parece mentira que lleve escalando tan poco tiempo, y me preparo para el último largo.
Un V que supera un murete vertical fisurado antes de tumbar. Según subo voy buscando la reunión, veo la que utilizamos el día del Gran Diedro, pero esta muy lejos, sigo trepando fácilmente por el terreno más sencillo, ya de III grado, hasta que, justo debajo de una gran cueva, encuentro la última reunión desde donde asegurar a mi compañero.



Esta vez, como despedida, trepamos hasta la cumbre, allí comentamos la ascensión, de gran belleza, en mi opinión menos atlética y más técnica que el diedro clave de la Golum, empezamos a fijar nuestras mentes en próximos objetivos, comemos una barrita victoriosa y de vuelta al chalet, a casa y, por último, a seguir soñando.



El Torozo nos ha permitido pasar unos días maravillosos, tanto de escalada como de naturaleza, la vías de esta zona son muy buenas, muy lógicas y de dificultad moderada, lo que nos dejo con un maravilloso sabor de boca mucha ilusión por emprender nuevas aventuras. El único apunte negativo tiene que ver con el hombre, para variar. Al estar este precioso enclave en lo alto de un puerto de montaña hemos tenido que convivir constantemente con el ensordecedor ruido de las motos, que desde que sale el Sol hasta que aparecen las primeras estrellas están atronando valle arriba, valle abajo. una pena no poder disfrutar de paraje serrano con su banda sonora original, el silencio de las cumbres.
Mucho monte!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario